domingo, 6 de septiembre de 2015

Desde lo hondo a ti grito Señor



Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿Quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.

Mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela a la aurora;
aguarde, Israel, al Señor
como el centinela a la aurora.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.

Porque del Señor viene la misericordia
y la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra,
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.